viernes, 30 de enero de 2015

Decumbere bere bere

Así, decúbito espatarrá he estado, todo lo ancho y lo poco larga que soy, moreneando en la playa. Aquí en mi ciudad con un frío medio pelón y yo sudando piña colada y daiquiris horteras, sin pudor. Como para escribir en el blog... ustedes disculpen, o no...

Las vacaciones de escapada son así, de escapada breve, cuando te quieres dar cuenta ya estás otra vez en tu realidad, que no es que la arenita que quitas casi con pena de las orejas y del objetivo de la cámara no sea real, no; es que es una realidad tan efímera...




Ya estoy otra vez al cien por cien en funcionamiento on, yendo , viniendo, estando... estando orgullosa de la gente que se ha rebelado en mi barrio contra las nuevas marquesinas del ayuntamiento. Marquesinas que impiden tumbarse a sin techo bajo techo, que impiden sentarse a cuatro personas como antes, que son todo anuncio y techo plano, que son fuente de ingresos publicitarios sin más. Porque las que había valían perfectamente, y valían también para un sueño de unas horas para tantos y tantas que veo de madrugada bajo cartones; los que nunca se quitarán arenita ni sudarán piña colada.

De la noche a la mañana todo mi barrio amaneció sin la barrera intermedia del asiento de cada marquesina, sin destrozos, destornillando sin más la crueldad e injusticia del que tiene sitio donde tumbarse y no concibe otra realidad , ni le importa claro.

2 comentarios:

  1. ¡olé por tu barrio! plas, plas, plas :-)

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  2. Me encantaría una escapadita como la tuya. Pero además en playa pelín desierta y nudista. Así, para dejar que el sol me de por entero. Buena dosis de Vitamina D!
    Y si... ole por los de tu barrio. Ya podría extenderse la iniciativa, como cuando pintaban encima de las líneas azules o verdes en algunos barrios.
    Se nota que en cuestión de meses hay elecciones. Y el dinero que no hemos tenido en años, se lo han sacado de la chistera los del Ayuntamiento para ponerse a hacer gilipolleces. Véase cambiar marquesinas, poner pasos de cebra en mitad de una calle, a 50 metros (o menos) del de toda la vida, asfaltar el carril bici... Ah! por cierto, en el carril bici que termina en la calle de arriba de mi casa, han pintado sobre el carril un stop, a 10 centímetros de acabarse. Menos mal que Ana Botella está para cuidarnos, que si no...

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Pasa y sírvete un plato.¿Cueces o enriqueces?