Tiene la figurilla más años que la Tana...y parecía tener aún más años en mi infancia, cuando con gesto de fastidio limpiaba el polvo los sábados por la mañana. Qué fea es,- pensaba-, y con lo que le gusta a mi madre...más trastos y cacharros... Será por figuritas..y no se rompen ni a la de tres...
No se rompieron, no.
Ha ido peregrinando por casas,sobreviviendo mudanzas. Reto para el feng-shui y alérgica a minimalismos ahora la miro con otros ojos. Con desafío adolescente yo la llamaba " la tía de la pelota" para provocar el escándalo materno,( también bautizada por ella "la Virgencita de madera", o la "Dama medieval"); hoy mirándola de pasada me he detenido, el tiempo se ha detenido. Y he recordado en esa pausa las horas y horas que pasaba mi padre en la cocina cortando, lijando, encolando listones y tablas, de las que salían después tantos y tantos muebles, entre ellos la figurita de marras.
Me ha venido el olor a goma laca, disolventes e imprimaciones que acompañaron mi infancia de taller en casa. Entonces aprendí y ejercité la paciencia, la espera, la observación de niña que abre los ojos a todo, mientras las manos de mi padre -el carpintero- esperaban que le acercara la lima "cola de ratón", la lija del 8, "No esa no, la otra" , incluso los formones peligrosos " que cortaban un pelo en el aire", los destornilladores de estrella, las brocas y gubias... la del mango rojo, la del mango amarillo, todo ello poniéndome el lápiz en la oreja y los rizos de serrín .
Una tarde mi padre vino del trabajo con un sobre misterioso; con esmero y delicadeza lo abrió y me mostró el contenido: ¡¡oro!! ¡¡papelillos de oro como hojas de cuaderno!! Los ojos se me abrieron tanto que así se me quedaron para siempre. A los seis o siete años, sintiéndome niña rica, aprendí la técnica del Pan de Oro, en poco tiempo, ya sólo yo cortaba los fragmentos y los extendía sin que se arrugasen , mi padre me hacía creer que mis pequeños dedos eran más firmes y que nunca estornudaba como él, levantando una nube de trocitos dorados... cada tarde me iba a hacer los deberes con unos dedos mágicos dorados.Yo cortaba y él pegaba con un pincel impregnado de un líquido marrón los pedacitos dorados en marcos de cuadros , en espejos historiados llenos de curvas y caracolas.Con el tiempo yo también empecé a pegarlos, sintiéndome adulta en cada pincelada.
La "Virgen con una bolita " de mi infancia se cubrió de oro, pasando unos años más tarde a ser aquella "Tía de la pelota" de mi adolescencia atea, iconoclasta, justiciera , revolucionaria y amnésica de láminas doradas. Ahora que la miro de nuevo con ternura, recibe otro nombre: " La del Amor Hermoso" de mi madurez. Ahora incluso deseo encender una vela a su vera...
Ahora ya no deseo desprenderme de ella, pero creo que nadie que la ve, entiende el porqué, (pues la miran con ojos de trapo del polvo en vez de ojos de oro, restas con llevadas, nocilla y pincel.)
Útiles para la técnica de "Pan de Oro". Museo de Girona
*Pequeño video tutorial para hacerse una idea :
http://www.youtube.com/watch?v=mjBpC08z0pU