miércoles, 20 de junio de 2012

Intrahistoria. Tía-abuela Lenteja ( I )


Yo tendría 6 ó 7 años, y odiaba las siestas. ¡ cómo cambiamos! 

Silencio y calor sofocante que a los adultos les conducía al sopor entre las sábanas, a escuchar algún programa de radio de consejos y confidencias, a rezar el rosario entre murmullos, crucifijos, moscas y orinales ( que diría D. Camilo ) A los niños , a mi primo   y a mí , nos incitaba por contra ,a la excitación de los juegos prohibidos, a salir de la verja, a robar galletas Napolitanas, a meter los dedos en la miel... a espiar los ronquidos de mi padre y taparnos las boca para sofocar la risa...

Mi primo me llevaba unos años y yo era su sombra, me enseñaba juegos sin juguetes ;sin intención de incluirme,  me aceptaba con la resignación del chico mayor que "le toca cargar con la niña", pero yo sentía que en su interior disfrutaba con mi compañía; hacíamos casas con palos, tiendas de indios, animales con las patatas nuevas; traía de Madrid tebeos, sobres con soldaditos que yo miraba con ojos de día de Reyes... regalos de padre divorciado que se siente culpable y trae al hijo con la abuela hasta septiembre , más un cargamento de asignaturas suspensas y entretenimientos varios que realmente ni tocábamos.

Cuando nos permitían salir al jardín de delante de la casa -bajo el juramento de no salir bajo ningún concepto a la carretera- pasábamos las horas de siesta en cuclillas inventando historias con personajes que eran piedras, cochecitos, barcos. Nunca , nunca he vuelto a encontrar a nadie con tanta imaginación como él. Nuestra abuela nos escuchaba y velaba a través de esas  persianas verdes de madera  que 40 años después me miran pidiendo a gritos una manita de pintura. Alguna vez, tan enfrascados estabamos en los fragores de las batallas, en las cazas a los mamuts, en conquistar la luna que la abuela fingía una voz de trueno o un grito para asustarnos a través de la ventana y a nosotros se nos salía el corazón del pecho del susto. Ella se reía. Nunca he entendido esas bromas crueles a los niños, incluso ahora lo recuerdo con pesar.

En esa edad , la mayoría de las veces acatábamos la orden de echarnos en la cama y sucumbíamos al sueño, yo deseaba secretamente dormir en la cama de mi madre o en la de la tía Paca.
¡Me gustaba tánto el olor de mi madre cuando reposaba¡, cuando estaba dormitando olía a panadería, a bollos, yo la notaba caliente, tranquila y me abrazaba a su espalda, y si ella estaba de buen humor incluso  le pedía que me acunara como cuando era más pequeña aún.  Nunca fue cariñosa, más bien era una mujer ariscona que me despedía  casi siempre con un " quita ,quita hija, que me das calor" " estate quietita, anda.... "

Dibujín tomado de maria-elina.blogspot.com

Cuando mi hermano se incorporaba a las vacaciones en el pueblo , yo sentía en carne viva el abandono de mi ídolo, pues mi primo me ignoraba con la complacencia compasiva de esa lógica aplastante que se tiene a esa edad. No era maldad, yo dejaba de existir en sus juegos  y planes... Ellos podían ir lejos con las bicicletas, iban al río ( territorio absolutamente vedado para mí, incluso más que la carretera ), tenían tirachinas, una escopeta de perdigones... Yo me diluía en el vacío......frustrada y enfurruñada.

Mis opciones eran  pocas , y  como un animalillo doméstico, aburrida, sin sueño, con ganas y curiosidad deambulaba por casa buscando en qué entretenerme ( Entonces,  no teníamos televisión, y yo ya me había leído todo lo que hubiera en la casa  , fuera  literatura o no para niños ).

Si mi padre estaba pendiente de alguna tarea que dejaba a medias, se obsesionaba con ella y no dormía, bajaba al sótano y seguía tomando medidas, cortando listones, limando , lijando maderas. Para mí aquello era el paraíso porque lejos de las miradas femeninas de la casa mi padre me trataba como a un igual , yo le acercaba herramientas, incluso las que cortaban y " eran peligrosas" , los formones, la lima de cola de ratón, el cemento,  la cola de contacto....yo era feliz esos días en que mi padre volvía a ser un carpintero obsesivo, en vez de un hombre de vacaciones en la casa de pueblo de su suegra, en la que se  veía obligado a reparar roturas, desperfectos, tuberías, techos con goteras.... como único varón, cabreado además..... y yo su ayudante.

La tía Paca dejaba entornada su puerta con un zapatilla para que no se cerrara y no diera portazos con las escasas corrientes de aire. Yo de puntillas olisqueaba el ambiente, escuchaba si roncaba o no, y si respiraba acompasadamente entraba en su habitación. Para mí , esa habitación era como entrar en algo sagrado, " Nadie entra en la habitación de la Tia Paca sin su permiso " era una ley no escrita que todos, absolutamente todos, chicos y grandes,  respetábamos.

El sancta santorum se abría para mí en los ratos de siesta.



dibujo tomado de monicaestradoroyuela.blogspot.com.


Siempre fui una niña tranquila y cuidadosa, nunca rompía nada y todo lo observaba, tocaba con un cuidado, que ahora soy consciente, era muy adulto. Estas cualidades hacían que la tía me dejara curiosear en sus cosas , por fin , algo era sólo mío, ajeno a los chicos..... Ella permanecía echada de lado en la cama, vestida con sus combinaciones gris perla, lila clarito,de puntillas discretas, envuelta en ese olor a colonia de anciana que tiene de nombre un año mil y pico... sus caramelitos de flor de violeta, sus estampas, libros,cristos y vírgenes. Su dentadura en el vaso encima de la mesilla...

 De toda la familia sólo  esta tía-abuela me parecía especial y diferente. Yo la adoraba. Nunca dejé que nadie me lavara la cabeza salvo mi padre y ella. Mis rabietas hasta esos 6-7 años fueron épicas, aún recuerdo el agua corriendo por mi cara y los berridos de pánico que metía.
Yo la observaba con la absoluta seguridad de que era diferente,  muy elegante, esbelta incluso en su vejez, me parecía muy guapa, sin coquetería, sin ínfulas, pero con mucho cuido y discrección.
Todas las mañanas a las 7.30 de la mañana preparaba infusiones para todos, chicos y grandes bebíamos sus tisanas endulzadas con miel, que según ella curaban todos los males, los reales y los imaginados. " Te cura hasta de lo que no tienes", nos despertaba y a la hora estábamos haciendo cola en el baño . Luego pensé que era una forma de hacer que nos levantáramos sin protestas.  " Arriba que están pasando las burras de leche" 
" Arriba flecha de España"...
En la familia nadie la soportaba, su carácter indómito, dominante, era difícil de llevar, mi madre la tenía un temor reverencial, mi abuela se sometía sumisa a ella, mi padre la odiaba directamente, mis primos  y hermano la ignoraban  y yo sin embargo..... la quería.

Secretamente deseaba haber sido rubia y con los ojos azules como ella....
(sigue)

17 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Hay parte II tranquila, lleva en la recámara mucho tiempo, jeje voy a ponerle fotos , a ver si las encuentro escarbando en los álbunes. Besos

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  2. Realmente crees que los ojos azules abren las puertas del paraíso?

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    1. Jajajaja, noooooo.... a mí se me abrieron las puertas del paraíso sólo una vez con unos ojos color avellana hace tanto tiempo que casi no me acuerdo... en los ojos azules a veces, he mirado el cielo. Hija , que tenía 6 años...
      Besos

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    2. jajajajajaja ...menos mal!

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  3. Qué entrañable....!!! Me está gustando mucho y me hace recordar viejas historias.
    Sigue, please

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    1. Voy, voy... en ello estoy poniendo fotos...
      Gracias. Besos

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  4. tierno relato que deja con ganas de saber más, más, más, por favor, sigue!!! me ha recordado a mi tia abuela Coloma...

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    1. Que sí, que sí, jajaja que estoy trabajando en ello jajajaja
      Besos

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  5. "Combinaciones gris perla", "sus caramelitos de flor de violeta"...cuántos recuerdo!! Qué relato tan tierno, qué nostalgia tan bonita :-) Aquí seguimos. Expectantes. Un abrazo, guapa!

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    1. Gracias Kika, muchos, muchos recuerdos, forma parte de mi duelo traerlos al presente para dejarlos ir. Otro abrazo.

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  6. jajaja por fin llega la tía Paca! ;))

    Tienes un corazóoooooon que tu cardiólogo aún no entiende!!! jajajajajajaja

    Besazos, guapetona.

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    1. Ta-Ta-Tachaaaaáaan !!!!! Ahí está la tía Paca.Jejejeje
      Lo prometido es deuda. Y con fotos!!!!
      (A veces yo tampoco entiendo mi corazón Morgana, pero no se lo digas a nadie, si le dejo reposar un tiempo...luego es más fácil entenderle) ;)

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  7. Jop lenteja, a mí de peque me pasbaa lo mismo con la siesta!! y ahora no la prdono. bonito post, para no variar!

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  8. Tú tenías que ser un rabo de lagartija... jeje, como para obligarte a ti a una siesta de pequeñaja... Gracias hormi
    Besos

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  9. que bonitoooooooooooo, voy a por la parte dos que ya está colgada!!
    (esto es como las series, que te reservas para luego darte la panzá, jajajja)

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  10. Precioso Lenteja.
    Yo sigo sin hechar la siesta, será que no he crecido jeje
    Es la misma señora de la que pusiste la foto?? aún anciana unos ojos preciosos y muy expresivos.

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