Taquicardia

Hay huecos en el cuerpo, en el espacio... los hay tangibles, palpables , y los hay interiores, que es como el hueco del hueco dentro de una gruta; de ésta conoces más o menos sus dimensiones por el eco que hacen los sueños al rebotar en sus paredes y techo.  A veces el sueño es nervioso, inquieto, incansable y rebota infatigable en su búsqueda de salida a la luz, lo notas por el toc-toc que se acelera a ratitos. ( Hay quienes lo llaman latidos del corazón ), yo sé que no es así su nombre de verdad. Yo lo llamo deseo, anhelo y creo que responde al  nombre inventado para tu  propia gruta y que nadie conoce salvo quien la tiene en  propiedad.

A veces cuando llego por fin a casa , me preparo una infusión, me siento  en mi sillón favorito, pongo música, me relajo y ese hueco se hace pequeño, cada vez más pequeñito, tanto  que incluso lo olvido.

 Otras veces, -pocas-  con la taza en la mano miro por la ventana, apoyo la cabeza en el frío cristal y siento como las paredes se alejan y ese deseo rabioso rebota alocado en el hueco gigante ya, y pregunto sin voz  mirando a la calle, la acera, los coches y sus gentes ...y suspiro bajito para que los sueños no me  oigan ... por si se asustan y desaparecen. Porque si hay algo  oscuro y vacío es el silencio de ese hueco sin anhelos.